Isabel Rangel Barón: 7 trucos para empezar a meditar en casa con éxito
¿Quieres empezar a meditar en casa pero notas que no tienes éxito cuando lo intentas? Esto es normal que ocurra, ya que hay que tener en cuenta muchos factores y detalles que pueden influenciarnos a la hora de meditar.
Meditar en casa es difícil, pero no imposible. Si somos principiantes es normal que nos cueste un poco más al principio, pero tenemos que tener en cuenta que si nos esforzamos día a día notaremos cómo poco a poco la meditación funciona mejor. ¡E incluso se transformará en rutina!
Cuando quise aprender a meditar en casa tardé en pillar una rutina más de lo que me esperaba. Busqué, me informé e incluso contacté con gente que sabía sobre el tema y meditaba a menudo.
Poco a poco establecí una rutina y conseguí concentrarme lo suficiente como para manejar las técnicas que se necesitan para meditar en casa. ¿Quieres saber mis trucos? ¡Te los cuento aquí!
7 trucos para empezar a meditar en casa
Cuando decidí empezar a meditar en casa me informé mucho, e incluso busqué meditaciones guiadas en Internet y me informé sobre cuál era la mejor meditación de todas.
Pero lo cierto es que nada de esto sirve si no tenemos en cuenta ciertos factores que pueden influirnos a la hora de meditar, como son la posición o el momento en el decidimos empezar con la meditación.
Por esa razón, he analizado qué trucos me funcionan a mi para que, si decides meditar en casa, tardes el menor tiempo posible en conseguir meditar con éxito y sin necesidad de realizar una meditación guiada.
Ten en cuenta la posición
A la hora de meditar uno de los factores más importantes es controlar la posición. Una posición incómoda nos desconcentrará y hará que nuestra meditación no funcione. Además, si nos duele alguna parte del cuerpo porque, por ejemplo, tenemos una contractura, notaremos que meditar es incluso más incómodo.
Por esa razón lo mejor es buscar primero una postura donde podamos estar a gusto un buen rato. Ten en cuenta que las posturas más comunes son tumbados o sentados con las piernas cruzadas.
Prueba ambas posturas para encontrar con cuál te encuentras más cómoda, ¡y ya podrás empezar a practicar!
Prepara un buen espacio de meditación
Otro detalle muy importante para meditar es encontrar un buen espacio de meditación. Si meditamos en un sitio con ruido, donde cualquier cosa pueda desconcentrarnos, no conseguiremos meditar con éxito.
Por esa razón es tan importante tener una buena postura, pero también tener un sitio donde podamos meditar a gusto.
Busca una zona de la casa donde nadie pueda molestarte y que te transmita paz. También puedes probar a añadir elementos para hacer la meditación mucho más agradable. Se recomienda por ejemplo probar con la aromaterapia, ya que ayudará a que tu mente se concentre con mucha más facilidad.
No medites después de comer
Se recomienda no empezar a meditar después de comer por un motivo: nuestro estómago está más pesado. Después de comer es el momento de echarse la siesta, no de meditar.
Recuerda que el objetivo de la meditación no es dormirse, pero sí relajarnos. Al meditar después de comer puede ocurrir que nos acabemos durmiendo, y entonces no podremos considerar que hemos meditado con éxito.
Por eso siempre se recomienda meditar con el estómago vacío, pero sin hambre. De esta forma no nos desconcentraremos si nos empieza a rugir el estómago, pero tampoco lo notaremos pesado y nos entrarán ganas de dormir.
Calienta antes de meditar
No se recomienda sentarse, cruzar las piernas, cerrar los ojos y ya ponerse a meditar. Lo más recomendable es establecer una rutina que sea similar a un ejercicio muy relajado.
Y, por eso, no hay nada mejor como calentar justo antes de ponerse a meditar. Un calentamiento previo ayudará a que nuestro cuerpo no se quede frío durante la sesión de meditación, y también hará que nuestros músculos estén correctamente estirados.
Verás cómo justo meditar después de calentar te será de gran utilidad. Este proceso previo te ayudará a concentrarte mejor, a durar más durante la meditación y hacer que sea mucho más exitosa.
No medites en momentos de mucho estrés
Sé que suena extraño que justo no meditemos en los momentos que estamos estresados, cuando meditar precisamente sirve para relajarse, pero hacer esto puede ser contraproducente.
En los momentos donde tenemos un pico de estrés o de nerviosismo es más difícil que nos concentremos a meditar. Puede ocurrir que nos agobiemos y que incluso nos estrese más el saber que no conseguimos meditar.
Por esa razón, lo mejor es primero relajarse con otros métodos y, una vez creamos que podemos concentrarnos de verdad al meditar, ponernos manos a la obra. Verás cómo así te resulta más sencillo relajarte adecuadamente.
Gestiona bien tu tiempo de meditación
Un detalle que es de gran ayuda cuando somos principiantes en el mundo de la meditación es saber cómo gestionar nuestro tiempo. Lo cierto es que tenemos que aumentar el tiempo de meditación de forma gradual, por lo que no te agobies si en un primer momento sólo aguantas cinco minutos.
Una vez te sientas más cómoda meditando, prueba a aumentar gradualmente el tiempo que pasas meditando. Si al principio tardabas 5 minutos, prueba luego con 10 minutos, y después con 15 y con 20.
Así poco a poco verás cómo vas mejorando tus sesiones de meditación y cada vez realizas el proceso con más facilidad.
Haz que meditar se convierta en una rutina
Recuerda que estos trucos para meditar tienen como objetivo que mejores tu meditación y consigas que se convierta en rutina. Si te animas a meditar diariamente, más o menos a la misma hora, verás cómo poco a poco empiezas a establecer una buena rutina.
Una rutina es lo más adecuado a la hora de ponerse a meditar. Si meditamos un día y después tardamos una semana en volver a meditar, veremos cómo nos cuesta mucho mejorar nuestras técnicas de meditación.
Si establecemos una rutina poco a poco meditaremos mejor, y veremos cómo nos relajamos con mucho más éxito.
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